La Casa de las Casas hace una llamada a encontrar propietarios que quieran alquilar sin especular.
Llegó la época de frio y con ella la necesidad de encender la calefacción, pero la realidad es que muchas personas no pueden afrontar las expensas para mantener su vivienda con una temperatura adecuada (21º – 23º C). Este es solo uno de los indicadores AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusion) que miden el riesgo de pobreza y exclusión social en la que se encontraron un 25,9 % de la población de Cataluña, un poco más de una de cada cuatro personas, en 2021 (INDESCAT, 2021). Y con el mercado inmobiliario actual y los precios de alquiler ascendientes este porcentaje va a crecer en los próximos meses.
Oferta a su mínimo, precio a máximo histórico
El acceso a una vivienda digna es un derecho constitucional, pero sobre todo en la capital de Cataluña, este derecho se convierte en un deseo inalcanzable para muchos de sus habitantes. No es una novedad que Barcelona es la ciudad con el precio de alquiler más elevado de España (Financer.com, noviembre 2022), pero hay que ser consciente del impacto negativo que tiene el precio elevado de la vivienda.
Por un lado, la oferta de pisos de alquiler en Barcelona está en mínimos históricos, dado que muchos particulares decidieron vender sus propiedades, anteriormente arrendadas. Según datos de Idealista, la oferta de vivienda en alquiler se redujo un 25% durante el tercer trimestre de 2022. Por otro lado, la demanda de pisos en alquiler está subiendo, debido a que muchas personas que querían comprarse una vivienda en los últimos meses ya no pueden permitirse una hipoteca por la subida de los tipos de interés. El resultado son unos precios de alquiler disparados.
A finales del año 2022, el precio medio de arrendamiento en Barcelona se situó en 1.066,68 euros mensuales, un 14,41 % más que el año pasado, consiguiendo un triste récord histórico. La vivienda es una necesidad básica, pero con una renta media neto anual por persona de 14.159 euros un alquiler tan elevado deja a muchas personas sin recursos para vivir una vida digna, y como siempre, afecta aún más a la población vulnerable: jóvenes, ancianos y, sobre todo, familias monoparentales, que invierten un 58,4 % (en Septiembre 2021 era un 36,1 %) de sus ingresos en pagar un piso, casi dos veces encima del porcentaje fijado por Naciones Unidas como parámetro para medir el sobreesfuerzo económico.
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.”
¿Hay una falta de viviendas disponibles?
En Cataluña hay 34.856 pisos vacíos* u ocupados sin título habilitante en propiedad de grandes tenedores **. La mayoría de los 35.000 pisos propiedad de sociedades empresariales están en manos de un grupo reducido de compañías, principalmente bancos y fondos de inversión. En Barcelona ciudad 3.401 grandes propietarios diferentes se reparten 72.652 pisos. De todos estos, el 65% está en manos de empresas. La mayor parte de los inmuebles vacíos de Cataluña se encuentra en el Barcelonés (4.311) con las top tres ciudades Barcelona (1.956), Hospitalet de Llobregat (915) y Badalona (833).
Sea como sea el mercado inmobiliario, la última decisión sobre el precio del alquiler la tiene la persona propietaria. Esta decisión no debería ser únicamente económica, ya que el poder individual, en este caso del propietario, tiene consecuencias en la vida de otros y la sociedad en general: gentrificación, disminución o incremento del número de personas en el umbral de pobreza, riesgo de exclusión social, influencia en la tasa de esfuerzo económico, etc.
¡Forma parte de la solución!
El alquiler es un negocio, pero no deberíamos olvidar que en realidad es un negocio sobre vidas y futuros de personas reales. La Casa de las Casas, la primer inmobiliaria ética y social de Barcelona, busca personas propietarias que no quieren participar en la especulación y gentrificación, sino al contrario, quieren poner sus pisos en alquiler a un precio justo, tanto para el arrendador como para el inquilino, y así permitir que otras tengan un futuro digno.
La agencia, conocida por su trato familiar y personal, ofrece su asesoría y conocimientos para facilitar todo el proceso y crear el vínculo entre todas partes involucradas, para volver a poner las personas y la comunidad en el enfoque de este oficio.